domingo, 5 de octubre de 2008

Fue el siete de octubre, un día frío y repugnantemente abrumado por la neblina. Salí de mi casa para dar una charla a un hotel cercano sobre animales

Entré a un puesto de pastas italiano-estadounidense en el que me atendió una chica vestida de rojo llamada Josephine, aunque su aspecto no fuera exactamente el de una extranjera o descendiente de los mismos, me propuso acompañarme a la mesa puesto que salía de su turno y vio que yo pretendía tener dinero prontamente.

Esta mujer como tantas otras en mi vida me dio poco de si misma y yo le di aun menos de mi. Fue una aventura hermosamente normal como tantas otras, como la de la mujer casada, la solterona, la niña de colegio y tantas otras universitarias admiradoras de dichas charlas.

Muchas nunca entenderían que las charlas eran charlas y yo era una persona independientemente de ellas. Sentí que no me valorarían más que hasta el día en que termine de explotar mi talento para satisfacerlas. Ese día seré un pobre infeliz explotado que vive con una mujer a la que no ama y por la cual no es amado, que no tiene más que un poco de dinero y una familia decente.

En la sangre de quien sintió estos repudios por las mujeres que lo rodeaban solo había desamor y confusión. Era así como el entendía el mundo y de la misma manera se reflejaba para ser normal. Una persona odiosa tanto como odiada y conocida por ser fría y eternamente manipuladora para todo lo que tenga que ver con parejas y amores.

Digo que hay una fuerza dentro de mi que me hace no querer amar ni interesarme en nadie. Vuelvo a sentir el poder de ser yo mismo sin amor por nadie y sin necesidad de ser amado. Mi ser mas puro no necesita comprensión porque es en si mismo amado y amante.

Entonces llegue al amor externo, etéreo e indispensable de la persona desconocida. Es necesario saber que una persona ajena a tu entorno también te puede entender y saber que decir cuando le hablas de ti mismo y de lo que sientes. Es tan indispensable ese saber que no hace falta el tiempo ni la seguridad de poder tener a esa persona cerca sino que la naturaleza te mantiene contento con el saber de que hay alguien para ti.

Cuando digo estas cosas siento como si agarrara cinco espejos y los apoyara todos juntos por las puntas y luego me mirara desde todos los aspectos de mi ser. Es como si me pusiera un girasol hecho de espejos y me mirara en todos ellos como tratando de conocerme por todos lados y ser igual de hermoso por todos los ángulos. La máxima vanidad del alma que muchos suelen reflejar en cuerpos vanidosos. Como ese globo, ese plástico de desecho social que quiere convertirse en un musculoso cuerpo de muñeco de acción.

No vuelvo a ser vanidad ni vuelvo a ser amor, no vuelvo a ser, punto, no hay razón que entender…fui cantando mi triste pensamiento en el jardín de mi niñez.
En este caso el hombre que no sabe amar nos manipula de nuevo. Nos hizo creer que se podía enamorar de alguien que nunca esta. Como si el supiera vivir sin amor, como si se hubiera independizado de las necesidades naturales. El ser que no come respira o defeca es el que no ama. El hombre que se autoanaliza y siente que es mejor que alguien mas es el que esta más equivocado por el hecho de pensar que tiene la razón por encima de los demás. El mayor regalo que se puede recibir de dios es la capacidad de amar, amar a otra persona y sentir que es lo mas importante de su vida estar con esa persona. No importa cuan lejos pueda estar esa persona si se tiene una relación llena de amor. Mas aún, el ser humano no es capaz de amar a mas de veinte metros. Es la filosofía de ver para amar. La verdad toda persona tiene deseos por otra solo al verla mas no al pensar en ella puesto que solo incentiva su cerebro el pensar en ella. Al ver a la persona que amas puedes olerla sentirla y tocarla cuanto ella quiera ser olida sentida y tocada.

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