sábado, 21 de julio de 2012

Elixir (I)

La absurda noticia de pasar un día más sedienta de pecado.

Del pecado lujurioso, dónde cada músculo se estremece, la sangre hierve por las venas, el ardor corre por la piel hacia el placer más extremo.

Finas gotas corren por el cuerpo y un aroma de puro deseo que podría opacar el suave olor de la brisa, envuelve mi cerebro en exquisitos recuerdos. 

Sedienta del pecado más sublime y placentero. 

Sedienta de eso, sedienta de aquel que una vez se fusionó conmigo...