lunes, 10 de diciembre de 2012

ella

“Ella camina por la calle quiere un nuevo empezar, el sol la ofusca, intenta relajar la furia que tiene dentro. Mientras va caminando por la ruta de todos los días, camina rápido pero sin prisa. De pronto logra relajarse, se ve de lejos, su andar ha cambiado, se le ve despreocupada, relajada, sintiendo cada paso que da y una música entusiasta. Avanza, ahora, libre de problemas libre de pesos, sintiéndose la mujer que siempre ha querido ser. No importa el tráfico, no importa la velocidad, no importa el tiempo, solo se siente paz. Y es que imposible no verla, no seguirla, con ese andar tan desprotegido mientras sus caderas se menean de un lado al otro, su espalda derecha dejando notar la hermosa quebrada que aterriza finamente en su derrier. Ella es aquella mujer a la que deseo con ferviente locura, esa mujer que alguna vez fue mía, y deje marchitar por absurdas preocupaciones. Que supo alejarse de mí en el momento preciso, como para volverse una tortura el verla en el lugar que sea, a la hora que sea, y más si esta con un hombre al lado, se volvió un gran tormento sin hacer más que sólo eso, alejarse...” 

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